Caja Solidaria

Caja Solidaria

Fue un 17 de agosto de 1993 el almanaque nos dice que fue un día martes. Puede ser o no. En verdad no me acuerdo exactamente si fue un día hábil o no. Lo que recuerdo es que hacía mucho frio y en la galería había unos cabildeos previos entre algunos colegas al inicio de la asamblea. Pensemos que para esa fecha no había celulares ni wsp ni correo electrónico ni redes sociales. Los temas se hablaban cara a cara y por eso las discusiones eran realmente interesantísimas. Debates acalorados como siempre sucede en estos temas. Algunos colegas eran de una oratoria brillante. Estaban aquellos que entendían que más que una caja solidaria debería hacerse una caja compensadora pensando en la jubilación de los martilleros. La realidad era que la mayoría de los martilleros matriculados no vivían del ejercicio de la profesión tal cual como sucede actualmente por ende aportaban a otras cajas previsionales lo que hacía prácticamente inviable fundar una caja compensadora que con tan pocos aportantes pudiera sostenerse en el tiempo y brindar a futuro una jubilación al martillero. Después de una jugosa e intensa discusión entre los colegas varios que estaban presente en el salón quincho en voto dividido se aprobó la creación de la caja solidaria del colegio de martilleros públicos de Entre Ríos. Nacía ahí ese día un proyecto cargado de buenas iniciativas. Seguramente muchos entre los que me incluyo pensó que esto era un sueño y que como todo sueño en algún momento desaparecería. Todo lo contrario. Nuestro colegio que con los errores y aciertos de quienes en distintos momentos de su historia lo condujeron mantuvieron una conducta heredada de nuestros antepasados que no suele verse normalmente en otras organizaciones profesionales cual es la virtud de la austeridad. La austeridad, la permanente idea de brindar nuevos servicios al matriculado, la idea de que lo más valioso que tenemos es el matriculado, lo de tener bien claro que entre el proyecto institucional y el proyecto personal debe primar lo institucional y demás aciertos es lo que ha permitido en estos treinta años tener la caja solidaria de la cual hoy podemos gozar en especial cuando entrados en edad el consumo de medicamentos, la visitas al médico, los tratamientos prolongados, los tratamientos crónicos y demás se hacen moneda habitual en nuestro obrar cotidiano. Si bien es cierto que normalmente asociamos el concepto de caja solidaria con enfermedad. Internación. Medicamentos etc. nuestra caja solidaria es mucho más abarcativa de toda la vida profesional del colegio. Subsidios por nacimiento. Subsidios por casamiento. Créditos para la publicación de edictos. Creditos para cursos o jornadas de capacitación. Crédito para compra de bienes de oficina. Convenios con hospedajes en lugares turísticos. Reintegros por adquisiciones en ópticas. Traumatología. Ortopedia. Radiografías y demás prestaciones imposibles de detallar. Se cuentan por ciento los créditos otorgados. Por miles los reintegros efectuados. Todo esto con una matrícula mensual que históricamente ha sido modesta lo cual demuestra a las claras que lo hecho por las distintas comisiones directivas que han llevado la administración de la caja solidaria lo han efectuado pensando en lo más importante que tiene este colegio que es el matriculado y su núcleo familiar. La combinación de austeridad y creatividad nos han conducido a este resultado. A este producto tangible que es hoy la caja solidaria. ¿que se podría haber hecho más? Seguramente. ¿que no deberíamos haber hecho? Seguramente la lista puede ser interminable. ¿cómo la podemos mejorar?: ese es el desafío a 30 años de su nacimiento. El esfuerzo de aquellos visionarios del cual somos herederos no debemos perderlo. Por el contrario, debemos custodiar y acrecentar la herencia recibida. Creo también que es el momento para recordar con nombre y apellido a quienes, dejando su tiempo, poniendo su capacidad, hicieron posible todo esto. Los nombres son muchos y seguramente me estoy olvidando de algunos, pero no puedo dejar de mencionar a pablo b. Trachitte. Alberto rivas. Pedro conessa. Raul benvenutto. Juan carlos sampietro. Miguel aniceto valentin. Gladys rivero. Demetrio salcedo. Oscar cornejo. Maria isabel virgolini. Sandra camozzi. Raul rocca. Jose rizzo. Valerio diaz. Carlos cabrera. Gilberto mundani. Nelson salvador altabe. Mariano dumon. Jose f. Zunino. Graciela tribelhorn. Algunos ya no están físicamente nos acompañan en el recuerdo. Algunos tuvimos la dicha de ser herederos de sus ejemplos y pensamientos. A modo de recuerdo para quienes no lo saben este colegio funciono originalmente acá en Paraná en la calle buenos aires en el living de la casa propiedad de la hermana de pablo trachitte. Con el tiempo se trasladó a un local de dimensiones minúsculas en la avenida Rivadavia (hoy alameda de la federación) lindero a la policía federal. Solamente las paredes del colegio son testigos de los momentos que hemos vivido en calle santa fe 434. Tengamos orgullo de la profesión que ejercemos. Del colegio que hemos construido entre todos y de la caja solidaria hoy al cumplir sus primeros primaverales 30 años. –

Paraná, 17 de agosto 2023 – Alberto Marchini Poleri

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